Friday, September 26, 2008

El terrible caso del médico asignado, o "Tu No Existes"



Pues la verdad es que no debería estar sorprendida porque no es, ni mucho menos, la primera vez que me pasa... ya hace dos añitos, en los legendarios tiempos en que cambiaba de instituto cada quince días... pero me estoy adelantando.

La situación: resulta que a los profesores interinos, cuando nos ponemos a trabajar para la Consejería de Educacion (esa Santa Casa), se nos manda una cartita a casa informándonos de que hemos dejado de formar parte de la indigna Seguridad Social para entrar en el místico y privilegiado mundo de la UPAM, una especie de Muface para interinos que, según dicha carta, nos ofrece infinitas ventajas. Entre ellas contamos con la posibilidad de elegir entre un amplio catálogo de especialistas, por ejemplo 6, ¡seis! oftalmólogos (sólo uno de los cuales puede extender recetas y/o bajas), o un, ¡un! oncólogo... para todos los interinos de esta nuestra avanzada Primera Region de Europa. Pero quizá lo más surrealista y curioso de este mundo místico y privilegiado es la pedestre circunstancia de acudir al médico de cabecera.

Como íba diciendo, ya hace dos añitos, en los legendarios tiempos en que cambiaba de instituto cada quince días, agarré un Gripazo de estos que sólo se pueden agarrar en la enseñanza. Estos Gripazos son una patología profesional de los que disfrutamos de la siguiente combinación:

-- Magrugones infames para ir a la sustitución del IES Pueblo Dejado de la Mano de Dios

-- Guardias de recreo a 5 bajo cero

-- 30 adolescentes a prueba de pulmones inexpertos

Total, que allí estaba, en la consulta de mi médico de cabecera, con fiebre y afonía galopante, después de haber pasado 15 minutos al teléfono para pedir cita horas antes (que esa es otra). Fue entonces cuando el colegiado me pide la tarjetita de la UPAM y me comenta:

--Bueno, pero que sepas que no debería hacerte recetas

--¿perdón?

-- Es que no soy tu médico asignado

-- ¿perdón?

-- Mira, aquí detrás en la tarjetita tienes un médico asignado, que es al que debes ir

-- ah.

En principio esto no debería suponer ningún problema, y no lo supuso, claro, hasta que se acabó el destino en el IES Pueblo Dejado de la Mano de Dios y me tocó otra sustitución en el IES Aquí Somos Muy Chungos. Como mi médico asignado resulta que atendía a las 9.00 de la mañana y una es muy responsable y trabajadora, llamé a la UPAM para cambiar mi médico asignado por uno que pasara consulta por la tarde (el que me curó la afonía). Después de alrededor de hora y media colgada al teléfono por fin me atiende una señorita y se produce la siguiente conversación:

-- ¿Me puede dar usted el DNI?

-- Si, por supuesto, XXXXXXXX

-- ¿Nombre?

-- Sacrificada Interina Afónica.

-- Oh.

-- ¿Qué?

-- Es que me figura usted como no dada de alta.

--¿?

-- La dieron de baja el día 8/03/2006...

-- Señorita, es usted consciente de que la estoy llamando desde la sala de profesores de mi centro, ¿verdad?

-- Ya, pero es que esta dada de baja...

-- Bueno, y ¿entonces?

-- Pues hasta que lleguen los papeles, tendrá que acudir a la Seguridad Social...

-- Ya, pero es que yo estoy afónica ahora...

-- (...)

Total, que al final me curé el Gripazo solita a base de agüita de limón, caldito de pollo y clorato potásico que es un gran remedio para la afonía.

Fast forward al curso 2006-7. Realmente contenta porque esta vez tenía un destino, esta vez para todo el año, en el IES Estamos Realmente Lejos. Había decidido de que aquello de levantarse a las 6:00 en año de oposiciones no iba muy bien con mi salud física y mental, así que me dispuse a llamar a la UPAM (media hora) para cambiar, otra vez, de medico de cabecera. Aunque me riñeron por mi inconstancia (parece ser que no puedo cambiar de médico más que una vez al año, faltaría más) no tuve más problema. Es decir, hasta que este año me envían a un nuevo instituto con otra vacante, esta vez al IES Todavía No Puedo Creer que Estoy cerca Madrid, y por consiguiente, decido volver a llamar (20 minutos) para cambiar, una vez más, de médico de cabecera. Y como el paciente lector se puede imaginar, pero yo no, la conversación fue por los siguientes derroteros:

-- ¿DNI?

-- XXXXX

-- ¿Nombre?

-- Interina Feliz y Satisfecha.

-- Oh.

-- ¿Qué?

-- Es que me figura usted como no dada de alta.

--¿?

-- La dieron de baja el día 14/09/2008...

-- Y me llamaron para trabajar en el IES Todavía No Puedo Creer que Estoy cerca Madrid el 15/09/2008.

-- Ya, pero es que esta dada de baja...


-- Bueno, y ¿entonces?

Y hasta aquí, el dejá vu de hoy. Saquen ustedes sus propias conclusiones.

Ps. Les dejo con una bonita canción de Astrud, de cuyo album he tomado el título de este blog y la bonita canción alusiva (de otro album). Son casi, casi, tan surrealistas como la propia Consejería de Educación. A disfrutar.



Actualización: el 29 de diciembre del 2008 me llegó una carta avisándome de que a partir del 1 de enero del 2009 se acababa el concierto con la UPAM. A partir de ese momento entramos en un limbo administrativo en el que nos quedamos sin médico de cabecera definitivamente (ahora POR FIN podemos ir al de la Seguridad Social!) y técnicamente podemos ir al especialista de la UPAM, aunque no sepamos por cuánto tiempo. De momento mi experiencia es que mi traumatólogo ha huido y yo me he hecho de Mapfre por egoísta agotamiento (mi rodilla no está para estos trotes) --eso sí, 500 eurazos.