Friday, February 13, 2009

... y por fin, una buena noticia.

Me había prometido no hablar del tema hasta que fuera oficial.

Septiembre, 2008: una muchachita de 18 años tiene la brillante idea de poner a caldo a mi compañera del nocturno con lindezas como "HIJA DE P..." porque había sacado un 3 en el examen de inglés de septiembre y no estaba para mandarla a hacer el ridículo a Selectividad, después de un año de boicoteo sistemático de las clases de inglés --que digo yo que si no te interesan, por lo menos no vengas a clase a tocar las narices cuando por la noche no pueden ni ponerte un mísero parte. En fin.

Enero, 2009: se celebra el juicio de faltas de la susodicha, al que yo acudí de testigo, y en la que no sólo niega haber gritado nada en el pasillo sino que niega (junto con su único testigo, su "amigo") hasta que hubiera testigos. Porque como todos sabemos, en el día de revisión de exámenes en un instituto las salas de profesores son un páramo estepario y las profes tenemos tan poca vida social que nos dedicamos a demandar alumnos para perder horas de trabajo porque nos hace inmensamente felices. El novio de la demandante, por cierto, les vio saliendo a carcajada limpia en la puerta del juzgado.

Febrero, 2009: el juez deduce que el testimonio de tres profesoras (demandante y testigos) vale más que la de la susodicha y su churri , y la encasqueta una multa de seis euros al día durante veinte días -- o sea, 120 euros, que es el máximo posible. Si deja de pagar dos días seguidos tendrá que hacer noche en prisión. Es muy probable que consigan que pague también las costas del juicio, o sea unos 300 euros.

Todo esto me hace pensar que hay esperanzas de que por fin algunos energúmenos entiendan que merecemos un respeto, aunque sólo sea por miedo a lo que les pueda pasar a sus bolsillos. También espero que esta niña aprenda de una vez por todas que no se puede ir por la vida con tanta arrogancia y tan poquita empatía con los demás. Que corra la voz.

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